Un adolescente palestino ha muerto este miércoles tras ser tiroteado por las fuerzas de seguridad de Israel en los alrededores de la Tumba de José, situada cerca de la ciudad cisjordana de Nablús, en el marco de una visita al lugar por parte de un grupo de judíos, incluidos parlamentarios israelíes.
El Ministerio de Sanidad palestino ha indicado en un breve mensaje en su cuenta en la red social Facebook que el fallecido es Mahdi Hashah, de 15 años, y ha detallado que ha fallecido por el impacto de «metralla» que «alcanzó varias partes de su cuerpo durante una operación de la ocupación en Nablús».
Fuentes de seguridad citadas por la agencia palestina de noticias WAFA han señalado que Hashah tiene 17 años y han agregado que ha sido tiroteado durante la operación de las fuerzas israelíes, que habrían acompañado a un grupo de colonos a la zona. Las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, brazo armado de Al Fatá, ha indicado que era un miembro del grupo.
Por su parte, el jefe del Departamento de Emergencias y Ambulancias de la Media Luna Roja Palestina, Ahmad Yibril, ha indicado que 57 palestinos han sido atendidos por la inhalación de gases lacrimógenos lanzados por las fuerzas israelíes, mientras que otros tres han sido alcanzados por balas de goma.
Según las informaciones recogidas por el diario ‘The Times of Israel’, un grupo de palestinos armados ha abierto fuego contra los israelíes que se acercaron a la Tumba de José, entre los que figuran varios parlamentarios y futuros parlamentarios.
El Ejército de Israel ha confirmado además que un aparato no tripulado se ha estrellado en Nablús mientras realizaba tareas de escolta del grupo de fieles judíos, antes de agregar que no se ha perdido información «sensible» y que no hay riesgo de que se extraigan del dron datos de Inteligencia.
La tumba del patriarca José, ubicada cerca del campo de refugiados de Balata, está en una zona bajo control de la Autoridad Palestina, que requiere que los colonos coordinen las visitas a la tumba con las fuerzas de seguridad.
La presencia de los colonos y judíos ultraortodoxos –que consideran que allí yacen los restos del patriarca del Antiguo Testamento– en la zona provoca a menudo confrontaciones con los residentes locales. Los palestinos, sin embargo, consideran que el lugar es la tumba de una figura religiosa local.